Teatro del Absurdo en el Segundo Encuentro Estatal de Teatro 2024
En el marco del Segundo Encuentro Estatal de Teatro 2024, organizado por el Instituto Sonorense de Cultura (ISC), se presentó la obra de teatro Los idiotas de Multicultural Sonora.
Hermosillo, Sonora; a 27 de noviembre de 2024.-
Los idiotas es un texto del dramaturgo uruguayo Carlos Liscano y que cuenta con las actuaciones de Dettmar Yáñez y Julio Perea que dan vida a "K" y "Q", dos personajes que simulan ser idiotas con la secreta complacencia de que están haciendo feliz al otro. El pasado martes 26 de noviembre, se presentó de manera gratuita en el Teatro de la Ciudad de la Casa de la Cultura de Sonora en Hermosillo; como parte del encuentro teatral que organiza el Instituto Sonorense de Cultura cada año, siendo ésta la segunda edición.
Inscrita en el Teatro del absurdo, Los idiotas funciona como una exploración del sentido de la vida, finalmente, si hay un subgénero del teatro que esté emparentado con el existencialismo es el teatro del absurdo: la extrañeza, la mirada desarraigada sobre los convencionalismos sociales que por alguna razón hemos dejado de cuestionar, la exploración sobre el sentido de la vida. Como Lonesco, Beckett, Pirandello y el propio Sartré; "Q" y "K" van desentrañando la fábrica de la realidad y de la existencia humana en clave humorística que como un iceberg, sólo esconde su totalidad.
Empieza todo con el rescate a un ave pitahayera y va escalando hacia el cuestionamiento sobre la autenticidad de la vida, nuestra vida. “K” y “Q” atraviesan en marcha eterna el desierto. Los dos pretenden ser el idiota para complacer a su compañero. Uno gusta de arrastrar y al otro ser arrastrado -en teoría-. Pero pronto empieza ese carnaval dialógico del absurdo, de ir deconstruyendo lo que, hasta ahí, fungía como un monolito ideológico.
Con una fluidez en el diálogo y una química actoral maravillosa, los personajes van construyendo un castillo verbal de gran calado intelectual: ¿toda vida es un funambulismo entre el sinsentido y la farsa?, “K” habla de sus miedos y las pulsiones de muerte -que bien puede emparentarse con el Dasein heideggeriano donde se habla de la autenticidad de la vida-. Reflexiones sobre el peso del lenguaje y su capacidad para hablar mucho y comunicar poco, la crisis constante de la vida, que era aquello que decía Karl Jaspers, y finalmente, el mito de Sísifo y la interpretación que hacía Albert Camus de él: rodar la piedra cuesta arriba sin poder llegar nunca a la cima.
El final, como una especie de eterno retorno nietzscheano. Como si el tiempo fuera un círculo plano que está siempre dispuesto a repetirse.
Consulta el programa del Segundo Encuentro Estatal de Teatro 2024 aquí.