Comunicados
Hermosillo, Sonora, a 22 de agosto del 2024
El día miércoles 7 de agosto del 2024 a las 11 horas, reunidos en la Dirección General del Instituto
Sonorense de Cultura, ubicada en Obregón #58 entre Yáñez y Garmendia, colonia Centro de la ciudad de
Hermosillo, Sonora, México; el Departamento de Literatura y Bibliotecas conformado por Roxana
Fragoso Carrillo, Alba Lorena Enríquez Nevárez, Clara Luz Montoya Lagarda y Jesús Federico Castillo
Duarte quienes previamente revisaron y leyeron los folios participantes en la convocatoria de la XXIV
Feria del Libro de Sonora FELISON 2024, acompañados de nuestra titular la Mtra. Guadalupe Beatriz
Aldaco Encina, decidieron que los folios ganadores son los siguientes:
Hermosillo, Sonora; a 26 de agosto de 2024.- La Feria del Libro de Sonora (Felison) 2024 ya va tomando forma toda vez que el Instituto Sonorense de Cultura (ISC), a través de la Coordinación de Literatura dio a conocer los folios seleccionados al magno evento de las letras sonorenses.
Con el objetivo de democratizar el quehacer literario y artístico, las modalidades de participación se dividieron en Presentaciones editoriales, dónde fueron seleccionados 38 folios.
En la modalidad de Conversatorios, mesas de diálogo y conferencias, se aprobaron 13 folios, mientras que en la categoría de Talleres de Fomento a la lectura y Talleres artísticos y científicos, resultaron seleccionados 15 folios.
Finalmente, en la modalidad de exposición y venta, fueron 6 los folios escogidos para estar presentes en la Felison 2024.
La Felison se realizará del 8 al 17 de noviembre del presente año teniendo como epicentro la Plaza Bicentenario en Hermosillo, sin embargo, también tendrá presencia en diversos municipios de la entidad.
Consulta todas las actividades culturales de Sonora en isc.sonora.edu.mx y en redes sociales @iscsonora.
Hermosillo, Sonora; a 23 de agosto de 2024.- Los escritores sonorenses Armando Zamora y Joel Rangel presentaron sus obras Búsquedas y Lo que queda del fuego en la librería Gandhi, sucursal del Valle, en Ciudad de México.
Ambas obras fueron premiadas en el Concurso del Libro Sonorense 2022 que organiza el Instituto Sonorense de Cultura (ISC); Armando Zamora en el género de Poesía y Joel Rangel en la categoría de Dramaturgia.
Lo que queda del fuego parte de una premisa: La memoria como un artilugio luciferino; un dulce envenenado, solía decir César Aira. Un intrincado laberinto de cruces y cargas, de idealizaciones y rencores, de arrepentimientos y soledades, escribía en uno de sus ensayos autobiográficos el escritor argentino Antonio Di Benedetto. La memoria es el material primigenio de nuestros sueños y pesadillas.
Joel Rangel construye desde el diálogo con un dispositivo narrativo y escénico complejo, asertivo y lacerante: un juego de espejos donde la memoria, las representaciones, el arrepentimiento, los rencores del pasado se van desdoblando.
Situada en una Casa Hogar para adultos mayores de lujo, burguesa, aspiracional pero que no escapa de esas dinámicas del olvido en el que caen las familias con sus seres mayores, ahí conocemos a los tres personajes: Ricardo Pacheco, el encargado, Casimiro, un anciano residente que bordea el Alzheimer, la demencia senil pero sobre todo, el peso de sus acciones; y una mujer de la que no sabemos su nombre pero que ha entrado a trabajar como enfermera y actúa como el catalizador de la historia representando a Lucía, el primer amor -trágico- de Casimiro, y a Blanca, la esposa de Casimiro.
Por su parte, el poeta Armando Zamora presentó Búsquedas que, desde su nombre, es una declaración de intenciones, de dinámicas, de propuestas: al libro lo atraviesan esos temas constantes que han poblado el proyecto literario de Zamora: la nostalgia, el ímpetu voluntariosa de viajar hacia el interior, de explorar −el pasado, el alma, la psique−; sin embargo, en Búsquedas, hay una sutilidad más: en toda la obra de Zamora podemos reconocer una eminente pulsión autobiográfica −y aquí huelga señalar aquello del Decálogo del escritor de Stephen Vicinzcey− : la búsqueda de sus padres, el síndrome de Alzheimer, el amor olvidado; incluso, las Madres Buscadoras.
Búsquedas, entonces, se presenta como un vislumbre al final. Un casi enfrentamiento con la idea de la mortalidad.
Armando, en la presentación, por lo que está diciendo porque las lágrimas lo invaden y la voz se le entrecorta, recuerda a sus padres. Y otra vez esa nostalgia. Ya no es la visión de ánimos punks de su primera novela donde rememora su adolescencia en Sonora, tampoco es la nostalgia contenida de “Mi corazón es un gato enfermo”. Hay algo más, una nostalgia que va acuerpándose y haciéndose más gruesa, como un manto difícil de ignorar.
¿Qué es la nostalgia, sino la única distracción para aquellos que no creen en el futuro?
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